domingo, 4 de diciembre de 2011

Creación de relaciones angélicas

La simple idea de esta rodeado de personas que correspondan a nuestro afecto, que compartan los mismos sueños, intereses, exista plena confianza y respeto y sea una relación constructiva, es algo que en muchos momentos de nuestra vida deseamos. ¿Se puede estar rodeado siempre de personas positivas para nosotros?.

A continuación te presento un plan de cinco puntos esenciales que nos servirán para potencializar nuestras conexiones humanas existentes y para crear nuevas relaciones bendecidas por los ángeles.


1.- Un imán de Relaciones Angélicas

Tu puedes convertirte en un imán de relaciones angélicas, Lo único que tienes que hacer es concentrarte en lo que es tu naturaleza, es decir, analizar cuales son tus características esenciales, internas, concentrarte en ellas, y pide a tus ángeles que te ayuden a establecer encuentros con personas que tengan esta misma naturaleza, con el fin de complementarse y retroalimentarse en el aprendizaje de nuevas experiencias.

Nuestras necesidades y cualidades especiales al estar como prioridad en nuestra mente, se convierten en un imán para atraer a personas que nos ayuden a superar algún problema. Por ejemplo, si padeces de alguna enfermedad, este problema estará siempre presente en tu mente de manera conciente e inconsciente buscando una solución a su curación. Te darás cuenta que a tu encuentro vendrán algunas personas, que sufran de lo mismo, te cuenten su experiencia, y te den la solución de alivio. Esta es la mecánica de los ángeles, acercarnos a personas que se complementen con nosotros con la finalidad de ayudarnos mutuamente.

2.- Abrir el corazón

Cuando nos sentimos heridos, muchas veces tomamos la decisión de cerrar nuestro corazón a nuevas relaciones y afectos, tememos ser lastimados otra vez, y pensamos que si nos mantenemos al margen y no nos involucramos emocionalmente con nadie (sean relaciones de pareja o de amistad) con esto estamos evitando el dolor. Esta reacción es totalmente normal en el ser humano, todos alguna vez hemos pensado y actuado de esta manera, solo que esto lejos de evitar el sufrimiento lo incrementa. Al no darnos a las personas, al no abrirles nuestro corazón, estamos actuando como un escudo para el amor, lo estamos rechazando y nos estamos negando la posibilidad de encontrar gente que corresponda a nuestros mismos sentimientos. Nos estamos negando el derecho del amor.

Si concentramos nuestros pensamientos en el daño que nos han hecho, esto también actuará como imán, y atraerá a personas que nos dañen nuevamente.

Cerramos nuestro corazón por defensa propia, pero la única defensa verdadera es la confianza en nosotros mismos y la protección de nuestros ángeles.

3.- Descubre tu propósito común

Dentro de todas las relaciones, existe un propósito en común. Algo que aprender juntos.

Cuando nos casarnos, cuando vivimos con alguien o pertenecemos a algún grupo, o una empresa, la mayoría de las veces no nos damos cuenta que dentro de esa relación hay algo de fondo que aprender juntos.

Por ejemplo, la mayoría de las veces, el propósito común de un matrimonio, es la formación de los hijos, pero si buscamos más a fondo, descubriremos que hay más que aprender juntos, como pareja, si descubrimos esto, estaremos alargando el amor en nuestro matrimonio aún cuando nuestros hijos ya no estén con nosotros.

Dentro de una empresa, a veces pareciera que la misión de cada uno de los trabajadores y empleados, es llevar al negocio a la cúspide, vender el producto, promocionarlo, etc. Tal vez el propósito en común de todos es aprender, la paciencia, el trabajo en equipo, la habilidad de solución de problemas, en fin, el equipo de trabajo, sin darse cuenta, está cumpliendo con un mismo propósito.

Siempre tenemos un propósito en común con la gente que nos rodea. Nuestros amigos y demás relaciones, durarán con nosotros el tiempo en el que hayamos desarrollado y aprendido uno del otro. Una vez hecho esto, cada uno seguirá su camino en busca de diferentes experiencias.

4.- La risa

La risa es el alimento del alma, las relaciones que mantienen la alegría de vivir y de divertirse juntos, son las más duraderas y las más sanas. Los ángeles disfrutan mucho, de la felicidad de la gente.

El compartir la alegría de vivir debe ser siempre de manera positiva, sin ningún rastro de destrucción. Por ejemplo, un matrimonio en donde una parte es el comediante y la otra el humillado o el blanco de las bromas, no es precisamente sano, esta mecánica puede causar gracia al principio, pero después, aunque las dos partes estén aparentemente de acuerdo, terminará con destruir la autoestima de la persona que recaen las bromas y generará rencor hacia su atacante, aunque sea de manera inconsciente.

La risa, la alegría y la felicidad debe ser como la de los niños, cualquier cosa, cualquier momento, cualquier detalle que podamos compartir en el mismo nivel de diversión será constructivo en nuestras relaciones.

El sorprendernos de la vida misma, el disfrutar de las cosas simples, es parte de la alegría de vivir. No necesitamos diversiones sofisticadas ni dinero para ello, lo único que importa es liberar el sufrimiento que llevamos dentro para que ese sitio lo ocupe el amor y la felicidad.

5.- La disposición de soltar

Ninguna relación que establezcamos en esta vida puede ser eterna, todas tienen un principio y un final, y nosotros tenemos que tener la disposición de dejarlas ir, cuando se llegue el momento.

El fin de un amor o la muerte misma, son ejemplos de un final, que por lo general, nos es difícil aceptar. Este sentimiento es parte de nuestra naturaleza humana. Pero si nos concentramos en un amor frustrado o pasan los años y seguimos sin aceptar la muerte de un ser querido, esto se convertirá en un obstáculo para avanzar. Nuestra vida tiene que seguir y tenemos que darnos la oportunidad de conocer gente nueva con afectos nuevos que nos ayuden a regenerar en nosotros lo que hemos perdido. No podemos ir en contra de la Ley de Dios y de sus designios, lo que si podemos hacer es aprender de ellos cuando las circunstancias no sean comprensibles a nuestros ojos. Tenemos mucho que aprender y tenemos que avanzar.

Deja el pasado y concéntrate en el presente, que es lo único que existe en realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario