domingo, 4 de diciembre de 2011

La Angeología Antigua

Rezar el Ángelus” alude a la oración que los fieles hacen de dicha salutación, mientras que “tocar el Ángelus” es dar la campana de las iglesias el toque de aviso a los fieles para que recen aquella salutación angélica. Este toque se da al anochecer (repitiéndose al amanecer y al mediodía), y de ahí deriva la denominación de “las oraciones” a aquella parte del día.
La fonética de la palabra hebrea más parecida es “malach”, que también significa mensajero. Y el vocablo «Ángel» aparece en las Sagradas Escrituras como la traducción de otras tres palabras hebreas: abbir  (que significa literalmente poderoso), elohim y shinan
Aunque los hebreos eran un pueblo monoteísta, al vivir rodeados de naciones y razas politeístas, con seguridad se vieron influenciados por sus creencias.
Se piensa que fue por influjo mesopotámico que comenzó a representarse a los ángeles como seres alados. Y que gracias a las creencias “mazdeístas” -basadas en la antítesis del Bien y del Mal como principios constructivos del universo- se creyó en los ángeles como representantes del Bien.
Las potencias malévolas fueron clasificadas como ángeles malos, caídos, rebeldes o desobedientes. Cabe recordar que los hebreos fueron conducidos en cautiverio hasta Babilonia desde el año 597 hasta el 538 a.C.
Con el paso del tiempo, los ángeles del Judaísmo fueron evolucionando. Primero se los caracterizaba como seres tan parecidos a varones humanos que podían ser confundidos con ellos. Progresivamente se tornaron más espirituales, con misiones más específicas (ángeles que castigan, ángeles que rodean a la divinidad, ángeles mensajeros, entre otras clasificaciones).
En la tradición cristiana se compartieron rasgos de la angeología judaica. Pero los teólogos cristianos, además, organizaron a los seres angélicos dentro de estamentos, órdenes, coros o jerarquías

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